La noche de fin de año es una de las más mágicas y, por ello, muchos aprovechan el momento de las campanadas para pedir la mano de su novia. Una vez que ella dice ‘Si, quiero’ comienza una de las etapas más intensas y especiales en la vida de una pareja: la planificación de la boda.
Realmente para el novio esta planificación ha comenzado desde la propia pedida de mano, imaginando cómo sería, lo recursos humanos y técnicos necesarios, la compra del anillo… Una vez comienza el año, la pareja debe empezar a tomar las primeras decisiones.
¿Cuándo se debe comenzar a preparar la boda tras la pedida de mano?
Algunas novias prefieren ser precavidas y comenzar a organizar todos los preparativos desde el día siguiente, mientras que otras lo dejan para los últimos 3-4 meses. Lo ideal es empezar con al menos 12 meses de antelación para evitar tomar decisiones precipitadas.
En primer lugar, deben ponerse de acuerdo sobre temas básicos como: ceremonia civil o religiosa, lugar en el que quieren celebrar la boda y un número aproximado de invitados. Es importante que definan el tipo de boda que quieren, si es más íntima, familiar o multitudinaria. En este momento es cuando tienen que centrarse y pensar en lo que ambos desean, no en lo que opina el resto de la familia.
Entre las decisiones iniciales, también deben valorar de manera objetiva el presupuesto que quieren invertir en ella. Este dependerá de la idea final que tengan, el número de invitados y las prioridades que den a unos aspectos frente a otros.
Definidos estos aspectos empieza la búsqueda de restaurantes, caterings, hoteles y fincas para celebrar la boda. En este punto os recomendamos que, sobre una tabla, escriban todos los lugares que han elegido para conseguir una mejor organización en las visitas.
La búsqueda del vestido de novia
En los seis meses previos a la boda se entiende que ya se han cerrado las fechas y horas de la ceremonia y celebración. Por tanto, es el momento de empezar con la búsqueda más importante: la del vestido de novia.
En este punto debes ver catálogos, revistas y páginas web para inspirarte sobre el estilo y detalles que quieres que tenga tu vestido de boda. Cuando tengas una idea clara puedes empezar a probarte diferentes vestidos, pero siempre aquellos que se ajusten al presupuesto.
No recomendamos que las novias se prueben vestidos que sobrepasen su presupuesto, ya que puede ser contraproducente. De esta forma conseguirás acotar la búsqueda y encontrar el vestido perfecto mucho antes. Además, nunca se deben comprar los accesorios antes que el vestido, por eso debes esperar un poco para que el look sea elegante y esté bien definido.
Al mismo tiempo que buscas el vestido ideal debes preparar la documentación necesaria para la ceremonia, reservar fechas y horas del banquete, planificar la luna de miel, contratar al fotografo y videografo y hacer la lista de bodas.
Hay otros asuntos que no requieren de tanta premura y que pueden comenzar a realizarse con unos 4 o 5 meses de antelación, como elaborar la lista definitiva de invitados, planos de asientos, concretar el maquillaje y peluquería, encargar y enviar las invitaciones de boda y elegir los regalos para los invitados.
La cuenta atrás
Los últimos tres meses son los de la cuenta atrás, cuando los nervios están a flor de piel. En este periodo la novia se hará las pruebas del vestido para asegurarse que los arreglos han quedado tal y como esperaba. La pareja, junto con los padrinos, puede ir a la prueba del menú. No se pueden olvidar tampoco de elegir los adornos florales y el ramo de novia.
Para terminar solo falta elegir las alianzas y la tan ansiada prueba final del vestido. Tras 12 meses de planificación, toma de decisiones y muchos nervios, llega el día más esperado y gracias a una buena organización todo saldrá tal y como lo soñaron.